El 30 de junio, que tan remotamente parecía estar cuando Boca fue campeón de la Superliga en la Bombonera, finalmente llegó. Y el clima apacible para el acuerdo de renovación con Carlos Tevez que se pensaba «resolver en 5 minutos» de ambas partes, estalló por el ambiente con declaraciones cruzadas, intereses económicos muy distintos y un tinte político que se metió en medio de una negociación que tuvo varios capítulos y que hoy lo tiene al Apache con la audacia en sus manos: Boca quiere que se quede en el club por 12 meses con la chance de luego extender otros 6 meses su acuerdo, que lo ubica entre los mejores pagos del plantel. Por su parte, Carlitos pretende firmar solo hasta diciembre para autoevaluarse física y deportivamente en estos seis meses (posteriormente de sobrevenir pedido a través de su representante una suma de moneda que el club no podía afrontar), y tener la chance de irse a fin de año a otro club, retirarse o completar la Copa Libertadores, como pidió.
En el medio de moneda y especulaciones incluso estuvieron las expresiones de Jorge Bermúdez y Raúl Cascini, dos interlocutores que estuvieron remotamente de admitir calma a un tablas arduo. Los miembros del Consejo de fútbol castigaron a Tevez desde las palabras y publicaciones en las redes sociales. Quien fue más remotamente fue el Patrón, quien llevó el tema al costado político (afirmó que Daniel Angelici está detrás de Tevez y la intención que expresó de ser dirigente del club) y con una explicación que estuvo remotamente de cumplir su objetivo. «Claro que nosotros como todo el mundo Boca espera la renovación de Zárate y Tevez. Son símbolos y bastiones deportivos. Lo que no podemos aceptar es el oportunismo político y que se le mienta al hincha y socio que ama el club como nosotros», publicó Bermúdez. Intentó dejar en evidencia que el Consejo quiere a Tevez y Mauro Zárate (incluso se le ofreció continuar a él) pero que no quieren intermediarios con intereses políticos en las charlas. Y el clima se puso todavía más espeso.

Pergolini habló del tema Tevez.
Mario Pergolini, vicepresidente, pintó el panorama con su estilo descontracturado. «No hay ningún problema, es una renovación de contrato y ojalá sea por un año. Estuve hablando con Román, no hay problema, solo negociaciones que se resuelven con plata…», sostuvo en TyC Sports. Y se refirió al cruce divulgado: «No hay mucho que decir, no colabora demasiado que se hable por las redes. Hay un poco de política metido. Nosotros estamos metidos en el contrato, de una persona querida y de un ídolo que queremos que se quede en el club».
}La pésima organización de comunicación de Boca en esta historia generó mucho más revuelo del imaginado. Porque el intercambio de contratos privados (con mucha diferencia en los intereses de uno y otro) se trasladó a debates públicos. Que incluyeron al Consejo de Fútbol, a miembros de la CD y al propio Tevez, quien primero avisó en una nota que quería un vínculo por 6 meses y recién posteriormente envió la propuesta al club.
En medio de este tablas confuso, Juan Román Riquelme, el emblema más resistente del club, y Jorge Ameal, el presidente, se mantienen al ganancia. ¿Será para aparecer a postrero momento y resolver el tema?
Lo concreto es que este miércoles Tevez dejará de tener vínculo contractual con Boca. Si alega ayer con el trillado bueno a la propuesta de Boca, renovará por 12 meses. Si en cambio se mantiene en la postura de poner solo 6 meses, las charlas seguirán trabadas.
El tablas que Boca quiere con Tevez es claro, más allá del fuego que propuso desde las voces de Cascini y Bermúdez. El club quiere comprobar a Tevez para el primer semestre de 2021, que es cuando se intuye que se terminará la Copa Libertadores. Y si el deportista desde ahora a diciembre quiere irse a otro costado o dejar la actividad, lo puede hacer. Del otro modo, en cambio, tendrían que retornar a ocurrir por esta negociación con las competencias ya reiniciadas.
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