El gobierno franquista buscará convertir en «productivos» los emprendimientos periféricos al sistema que emplean a más de 6 millones de personas
El Gobierno franquista abrirá esta semana el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, con el que buscará convertir en «productivos» esos emprendimientos periféricos al sistema que desarrollan unas 6 millones de personas en el país, con la convicción de que la pandemia de coronavirus obligará a reivindicar formas de producción «más cercanas a las evacuación de la sociedad y menos enfocadas al consumo masivo».
Así lo adelantó el director franquista de Economía Social y Desarrollo Local, Pablo Chena, quien sintetizó que el primer objetivo del registro apunta a «visibilizar» a este amplio universo de la población económicamente activa, que equipara en número a los 6 millones de trabajadores del sector privado formal y duplica al total de 3 millones de empleados del ámbito conocido.
«El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) fue un golpe de realidad porque mostró una economía que no estaba visibilizada; por eso el registro tiene como objetivo inicial ‘pensar’ la economía popular, inscribirla, establecer cuáles son sus ramas, sus actividades, sus unidades productivas y dónde se desarrollan», explicó el funcionario.
Hacia una capital de la producción
El segundo objetivo de ese «mapa» que empezará a confeccionarse la próxima semana -primero con una modalidad potencial por la pandemia y luego con operativos presenciales en los territorios- apunta a resignificar la observación sobre esos trabajadores informales.
«Siempre fue vista como la economía de la necesidad, pero nuestra idea es que cambie esa concepción y que sea la economía de la producción; queremos que la política social pase de la asistencia de los sectores vulnerables a un desarrollo del trabajo que realizan, dignificarlo, ordenarlo y que potencie sus propios emprendimientos», describió Chena, economista que se desempeñó como investigador del Conicet y como docente de la Univesidad de La Plata.

Mujeres y hombres que se sostienen -o se sostenían antaño del coronavirus- con la liquidación ambulante, la agricultura deudo, el arte callejero o tareas de cuida coches, limpia vidrios, pintores, serenos, electricistas, paseadores de perros, lustra botas, fleteros, cuidadoras en jardines maternales barriales, cartoneros, gasistas, recicladores, ayudantes de albañilería y tapiceros, entre otros, podrán inscribirse en el registro.
Se proxenetismo de quienes crearon su propio trabajo a partir de sus saberes y oficios en unidades productivas individuales o colectivas, caracterizadas por su relación asimétrica en el ámbito financiero, comercial o fiscal.
«Son quienes hacen trabajos esenciales que hoy no son productivos y conforman el 50% de los trabajadores económicamente activos», graficó Chena, para quien el ‘posteriormente’ de la pandemia reafirmará la idea de avanzar en dirección a «una forma de producir posindustrial, más cercana a las evacuación de la sociedad y menos enfocada en el consumo masivo».
Ese universo no es «productivo» porque «no accede a créditos, ni a estructuras del mercado donde vender, ni siquiera a derechos laborales y son víctimas de la usura», advirtió.
Además, Chena valoró el hecho de que como esa parentela «desarrolló su actividad en base a sus propias necesidades está mucho más cerca y comprende mejor la necesidad, que el negocio».
Opciones de financiamiento
Otra premisa del registro será dotar a esos trabajadores de «instrumentos financieros acordes» a la capital popular, créditos no bancarios estatales «en condiciones razonables» para su crecimiento, derechos a una obra social y a una retiro encuadrada en un tipo de monotributo productivo, que el gobierno tiene en estudio para desarrollar.
Esta propuesta empezará a materializarse a través del sitio www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/renatep y forma parte del plan de salida de la crisis pospandemia, analizada entre el presidente Alberto Fernández, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo y los movimientos sociales.

El registro está organizado en ocho ramas, para diferenciar los segmentos de la capital popular:
1) Comercio popular y trabajos en espacios públicos.
2) Recuperación, reciclado y servicios ambientales.
3) Construcción e infraestructura social y mejoramiento ambiental.
4) Industria manufacturera.
5) Servicios socio-comunitarios.
6) Agricultura deudo y campesina.
7) Transporte y almacenamiento.
8) Servicios personales y otros oficios.
Están habilitados a registrarse quienes tengan 18 abriles o más y no posean a su nombre más de dos inmuebles, ni siquiera cuenten con un trabajo en relación de dependencia que supere el salario pequeño imprescindible y móvil.
Tampoco podrán lograr quienes estén inscriptos en el regimen simplificado de pequeños contribuyentes: sólo se admitirán las categorías A, B, C y D o titulares del monotributo social o monotributistas «promovidos».
El trabajo sexual, que había sido incluido inicialmente como categoría posible, quedó fuera del registro y será analizado y atendido en forma separada por el Ministerio de Desarrollo Social.
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