Esta tarde se aprobó de forma generalizado un protocolo para el retorno a clases presenciales. La resolución, que fija los lineamientos obligatorios entorno y recomendaciones generales, le permitirá a cada provincia y a la Ciudad de Buenos Aires elaborar planes progresivos y concorde a sus particularidades que garanticen un retorno seguro a los establecimientos educativos, en el momento en que la situación epidemiológica lo permita.
El documento “Protocolo Marco y lineamientos federales para el retorno a clases presenciales en la educación obligatoria y terciaria” fue aceptado durante la 97ª Asamblea del Consejo Federal de Educación (CFE), que contó con la presencia de los ministros de Educación de cada potestad.
“Esta reunión es parte de la estrategia conjunta que venimos transitando para poder proyectar un regreso seguro a las aulas, priorizando siempre la salud de toda nuestra comunidad educativa. La realidad de la circulación del Covid-19 en el país es muy diversa, por eso sostenemos la importancia de la construcción de consensos ayudando a contener y derribar los lógicos temores que pueden tener nuestras familias, docentes y estudiantes”, expresó el ministro de la cartera franquista, Nicolás Trotta.
A su vez, el funcionario se refirió a los próximos pasos que se llevarán delante: “Partimos de una base, como señala el DNU, relacionada a la situación de la circulación del virus. Luego, la preparación de las escuelas, garantizar la seguridad e higiene. También, tenemos la obligación de avanzar en las instancias de formación y capacitación del personal docente y no docente de cara a la vuelta a las escuelas, al mismo tiempo que prepararemos a nuestras y nuestros estudiantes y familias para la nueva normalidad de las aulas”.
El protocolo establece un conjunto de pautas de trabajo que promueven un ordenamiento en las actividades inherentes al retorno a las clases presenciales, basadas en criterios sanitarios y vigor y seguridad en el trabajo, así como de estructura escolar y pedagógica.
El documento constituye un calle pequeño de requerimientos para la comprensión de instituciones educativas, a partir de los cuales cada potestad podrá adicionar criterios adicionales y adecuarlos a la ingenuidad tópico. Estas pautas básicas para el rediseño de la dimensión física y de los flujos del movimiento adentro de la escuela se basan en el distanciamiento físico, el tiempo de exposición, la dinámica del elegancia y la higiene personal.
El retorno a clases se realizará a través de un escalonamiento progresivo, de acuerdo con criterios epidemiológicos de proceso de la pandemia y las características sociodemográficas de cada región y la protección será alternada por grupos de alumnos de forma de respaldar el cumplimiento de las normas de distanciamiento social, articulando tiempos de presencialidad y de no presencialidad bajo un maniquí “bimodal”.
“Para ello, resulta imprescindible volver a mirar pedagógicamente la planta física de la escuela, imaginar la nueva jornada escolar (desde el inicio a la finalización), establecer un orden desde la llegada de los desplazamientos y la utilización de cada uno de sus lugares, considerando que la estructura edilicia también es educativa”, explicó el Ministerio de Educación.
A su vez, cada potestad podrá construir reglamentaciones propias complementarias. Para ello, las provincias deberán presentar un Plan Jurisdiccional de retorno a clases presenciales frente a la cartera, a través de la Secretaría General del Consejo Federal de Educación. El mismo deberá contemplar en su estructura y alcances, lo establecido en el documento concertado y tener la aprobación de las máximas autoridades educativas y sanitarias de cada potestad.
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